No cabe duda de que pasar tiempo en la naturaleza es bueno para todo el mundo. Y, mientras que a algunos de nosotros nos lleva años aficionarnos al aire libre, los hijos de los cazadores son muy afortunados: normalmente, pueden pasar tiempo en la naturaleza desde que nacen. Hoy hablamos con cuatro cazadores y padres sobre cómo introducir a los niños en la vida salvaje, la caza y el respeto por la naturaleza. Siga leyendo para saber cómo Henrik Sproedt, de Alemania, Nathan Stuart, de Australia, Erik Aspen Bakke, de Noruega, y Agnieszka Walczak, de Polonia, introducen a sus pequeños a su estilo de vida.
Nathan: Planteármelo no, hablar con mi mujer y considerar las cosas de forma más amplia, sí, por supuesto. En última instancia, siempre hemos hecho que sean nuestros hijos los que decidan si quieren participar directamente en la caza o no.
Henrik: Nunca lo dudamos. Cazar es la actividad más natural, y no hay mejor manera de aprender a respetar la naturaleza.
Erik: Ni siquiera sería posible evitar que mis hijos conocieran la caza teniendo en cuenta donde vivo. Está muy arraigada en la tradición y el modo de vida noruego, sobre todo en el campo. Hemos cazado y pescado desde siempre. Noruega era un país bastante pobre antes de que encontráramos petróleo, así que la caza y la pesca eran las formas de llevar comida en el plato.
También creo que es positivo, darles una relación realista y respetuosa con la naturaleza que nos rodea. Algunas especies necesitan que se regule su número para su propia supervivencia, y es la base de donde viene nuestro alimento. Creo que cuanto antes aprendan esto, más realista será su visión del equilibrio de las cosas y los recursos que existen.
Agnieszka: Es mi pasión y la comparto con mis hijos. Saben que cazo y en qué consiste la caza. Quiero que se acerquen al mundo de la naturaleza y que aprovechen sus beneficios, la respeten y aprecien. Gracias a mí conocerán el mundo de la caza y si en el futuro es también su pasión, solo el tiempo lo dirá.
Henrik: La primera vez que saqué a mis hijos al campo fue cuando tenían 4 años. Para entonces, ya habían visto muchas veces cómo volvía con el animal, cómo se convertía en comida y cómo era el sabor.
Agnieszka: Mis hijos no pueden participar en la caza todavía porque está prohibido por la ley polaca. Pero, pasan mucho tiempo en el bosque y en el campo. Los dos han pasado tiempo al aire libre desde que nacieron. Los llevo a pasear fuera de la ciudad para que conozcan el mundo natural. Mis hijos saben distinguir un corzo de un ciervo, y saben que el bosque es el hogar de los animales y nosotros somos los huéspedes. Les enseño a respetar la naturaleza y el momento de participar en la caza llegará cuando cumplan 18 años.
Nathan: Mis dos hijos han tenido la suerte de crecer en una época en la que cazo y disparo casi todas las semanas; es algo que forma parte de nuestra vida. Han participado de alguna manera desde que tenían 3-4 años. Creo que la clave es mantener unas expectativas realistas sobre el resultado, o tener en cuenta las distancias más cortas que puedan recorrer.
Erik: El mayor es el único que me ha acompañado a una jornada de caza. Los dos pequeños solo tienen 2 y 3 años. Aún no son lo suficientemente silenciosos, pero salimos mucho de excursión por el bosque.
Al mayor lo saqué por primera vez cuando tenía 6 años, tal vez. Ya había estado mucho con cazadores, cuando transportábamos y despellejábamos a nuestras presas. No tuvo mucha preparación previa, en realidad. Sabía que tenía que estar callado y mantener los ojos abiertos.
El sábado pasado, mientras me preparaba para ir a la cama, mi hijo de 3 años me dijo de repente que quería ir a cazar conmigo. Surgió de la nada y no habíamos hablado de ello antes. Es evidente que conoce mi afición y la entiende un poco. Le dije que podía acompañarme este otoño y que teníamos que estar muy tranquilos. Así que puede que lo lleve para probar, aunque no creo que sea capaz de estar tranquilo. Pero, al menos, ya ha mostrado interés.
Erik’s son
Henrik: Tenemos que ver el mundo tal como es. No importa si es política, economía, naturaleza o lo que sea. La caza siempre ha formado parte de la naturaleza. Requiere respeto, cuidado y responsabilidad por uno mismo, por los demás y por la naturaleza.
Nathan: Llevarles muchos aperitivos y enseñarles todo, desde huellas de animales, insectos y plantas, también es importante. Absorben toda la información al 100 %.
Erik: Vivimos en el campo y estamos rodeados de bosques y montañas. Eso ya es su patio de recreo. Y vemos ciervos y corzos varias veces a la semana. Lo que hago es ir de excursión con ellos y dejarles que exploren por su cuenta. Además, no les presiono para que vayan demasiado lejos, ya que no querrán ir más. Solo hago pequeñas excursiones a su ritmo. Deja que ellos tengan el control, para que puedan establecer sus propios límites. Enseñarles los insectos que descubren y los animales que vemos. Pueden pasarse horas buscando y observando diferentes insectos. También bajamos mucho a la orilla del mar, para que busquen cangrejos y descubran insectos marinos.
Agnieszka: En mi opinión, todo debe hacerse con sensatez: hay que tener en cuenta la sensibilidad de los niños. Lo más importante es si los niños quieren aprender sobre el mundo de la caza, porque nunca se puede hacer algo a la fuerza. La caza es una hermosa pasión, relacionada no solo con la caza de animales. Es cultura, tradición, música, conservación de la naturaleza, cinología, etc. Enseñamos a los niños todo lo relacionado con la caza. Los hijos de cazadores persiguen la naturaleza con gran respeto y tienen un conocimiento muy amplio de la misma. Esto es muy relevante hoy en día.
Agnieszka Walczak
Nathan: Siempre la seguridad ante todo, pero ninguno de mis hijos tiene edad para usar armas de fuego según las leyes de mi país, Nueva Gales del Sur. Eso no significa que no podamos reforzar los fundamentos del manejo y la concienciación en el campo. El «por qué» cazamos o disparamos es muy importante; mostrarles cómo una especie invasora daña nuestro medioambiente o la agricultura, es muy visual y algo que asimilan bien.
Agnieszka: Quiero enseñar a mis hijos a respetar la naturaleza y a ser conscientes de las leyes del mundo natural. Enseñarles que la carne no viene del supermercado, y que el bosque es el hogar de los animales. ¡Protejamos nuestra naturaleza y aprovechemos sus beneficios!
Henrik: Más allá de lo que he dicho antes, quiero que entiendan que la vida nunca es algo blanco o negro; siempre hay más perspectivas de las que esperamos. Tenemos que ser más modestos con nuestros juicios y acciones. De lo contrario, lo bienintencionado acaba en un desastre. Lo vemos en todas partes.
Erik: En este contexto, lo principal es tener respeto por la naturaleza y los animales. Nunca dejamos huellas de nuestras visitas al bosque o a la naturaleza en general. Tratamos a los animales con amabilidad y respeto.
Nathan: Está demostrado que el tiempo en la naturaleza, en lugar de pasarlo frente a la pantalla de un dispositivo en la cara, es muy importante para el desarrollo. Los niños disfrutan al aire libre: ven, huelen y tocan algo tangible y natural.
Henrik: Considero que les permite tener los pies en la tierra. Hoy en día, los retos están por todas partes. Si observas la naturaleza, sabes que el final de algo es siempre el principio de otra cosa. Espero que esto les ayude a ser más curiosos y valientes, en lugar de temerosos, cuando sean adultos.
Erik: En general, supongo que serán más felices cuando disfruten del campo. Experimentar la naturaleza es una buena terapia para todos. Serán más activos y sanos. Les enseñará a apreciar las pequeñas cosas y a encontrar alegría en ellas. Se despertará su curiosidad, y eso puede ayudarles a convertirse en personas que piensan por sí mismas, con mentes curiosas.
En Noruega, tenemos un dicho que no se puede traducir del todo, pero puede que a alguien le suene: «Por qué quedarse dentro cuando toda esperanza está fuera».
Agnieszka: Hay muchos beneficios. Los niños se hacen más activos, no se sientan solo frente al televisor o el ordenador, y van llenándose de grandes recuerdos. Estar activos al aire libre nos ayuda a mantenernos en forma, libera endorfinas y nos hace sentir más felices. Los niños que pasan tiempo en el seno de la naturaleza tienen la oportunidad de vivir muchas aventuras, aprender sobre ella y adquirir experiencia y conocimientos. Además, pasar tiempo juntos en la naturaleza refuerza los lazos familiares.
Nathan: Siempre he dejado que sean ellos los que elijan; a mi hijo pequeño de 8 años le gusta mucho ir a cazar conmigo. A mi hija de 11 años no le interesa acabar con la vida de un animal, pero está deseando sacarse la licencia de armas a los 12 años para hacer tiro al blanco el año que viene. Es algo que respeto y apoyo al 100 % en cualquier caso.
Agnieszka: A mis hijos les gusta pasar tiempo al aire libre, pero, por supuesto, todo depende del estado de ánimo de los más pequeños. Como todos los seres humanos, los niños también tienen su humor y a veces prefieren quedarse en casa por pereza. Afortunadamente, no hay muchos momentos así.
Henrik: Claro que a veces pasa. Son adolescentes, tienen amigos y son activos en las redes sociales. Igual que yo. No somos islas salvajes en este mundo. Si a alguno de nosotros no le apetece salir, puede quedarse en casa y hacer lo que le apetezca. No pasa nada.
Erik: Nunca. Aparte de mi hijo adolescente, claro. Mi hijo pequeño siempre quiere salir y nunca quiere entrar en casa. La única excepción es en invierno, cuando llevamos mucho tiempo fuera. Al final empiezan a congelarse.
Henrik: Vivo en Alemania, donde la mayoría vive en zonas urbanas, así que, obviamente, sí. Pero a menudo ha sido el principio de conversaciones muy interesantes.
Nathan: A veces, veo a un troll de Internet en una foto compartida, y lo bloqueo rápidamente, por supuesto. En raras ocasiones, algún familiar puede cuestionar las cosas, pero esto dura poco cuando ven la pasión que hay en los ojos de mis hijos por las actividades al aire libre cuando explican algo como solo un niño puede hacerlo.
Agnieszka: En cuanto al hecho de que yo cace y tenga hijos pequeños no, nunca he encontrado una reacción negativa al respecto. Mis familiares y amigos entienden lo que es la caza, e incluso están dispuestos a acompañarme a mí y a sus hijos a pasear por el bosque para escucharme hablar de la naturaleza.
Erik: No. No recuerdo haber recibido nunca ningún comentario negativo por enseñar a los niños a cazar. Como ya he dicho, está muy arraigada en nuestra sociedad.
Nathan: Por supuesto, tenemos un par de prismáticos más pequeños para ellos, y yo tengo un escáner térmico de repuesto para que mis hijos lo usen por la noche. De poco sirve, si no pueden ver fácilmente las cosas que yo también estoy viendo en el exterior con ayudas para ver mejor. Mi opinión es que es obligatorio que puedan participar directamente, no quedarse ahí parados mientras yo, el adulto, tengo todos los juguetes y herramientas para mejorar las cosas.
Henrik: Pues sí. Y el proceso consiste en que me preguntan cuando no consiguen que funcione como ellos quieren. Así que, básicamente, les dejo que jueguen con algo y lo descubran por sí mismos. Igual que yo. ¿Quién lee los manuales? Esto vale para todo menos para las armas, claro.
Erik: Poco a poco, lo haré. Intento enseñarles a manejar con seguridad los cuchillos desde pequeños. También tallamos y hacemos arcos y flechas. Cuando son un poco más mayores, pueden empezar a disparar armas de airsoft, y después, de calibre 22 y así sucesivamente. Mi hijo mayor empezó a disparar semanalmente en el campo de tiro cuando tenía 10 años.
Agnieszka: Mis hijos son demasiado pequeños para utilizar dispositivos de imagen térmica. Tienen 3 y 6 años. Pero, una vez les mostré cómo se ve la imagen a través del Pulsar Merger LRF XP50. Les sorprendió mucho que por la noche, cuando todo está oscuro, se pueda ver a la gente en la calle, o a las palomas en los árboles.
Henrik: Conocen todos los que tengo o he probado. El favorito de mi hijo es el Helion 2 XP50 Pro. A mi hija no le importa tanto, siempre que funcione.
Erik: Ninguno de los más pequeños ha probado aún ningún dispositivo Pulsar, porque son demasiado pequeños. Pero mi hijo mayor prueba todos los dispositivos que traigo a casa.
Nathan: Por supuesto, han probado todos mis escáneres térmicos, pero el Merger LRF XP50 que utilizo es un poco grande para mi hijo. Le gustó mucho el Axion 2 XQ35 cuando tuve este dispositivo de Pulsar para revisarlo. Pasamos mucho tiempo observando animales con el Axion durante unas vacaciones familiares al zoo de Dubbo, que fue una visión muy singular.
Nathan: El mío sigue siendo la combinación de los prismáticos Merger LRF XP50 y el Thermion 2 LRF XG50 para disparar. Lo siento, son dos, pero es una combinación genial, perdón por el juego de palabras.
Henrik: Hasta ahora, el Axion 2 LRF y el Proton FXQ.
Erik: Mi favorito es el Merger LRF XL50. No hay nada como usar ambos ojos al explorar con un dispositivo térmico. El Merger es muy cómodo para mirar a lo largo de u tiempo. Y es tan bueno que puedes simplemente disfrutar del paisaje observando a través de él, si no hay animales que ver en ese momento. Pero yo empleo más los de la línea Axion. Cualquier Axion cabe fácilmente en los bolsillos de mi chaqueta de caza, y satisface mis necesidades. Me gusta cazar sin llevar demasiado peso.
Nathan Stuart
Nathan: Sí, lo hago, pero es mucho más limitado por el horario y el entorno nocturno. A mi hijo le encanta ir de excursión nocturna si estoy trabajando en la zona. Es bastante desalentador para un niño de 8 años caminar con la hierba larga en la oscuridad total y con cerdos salvajes alrededor. Pero ha venido a estas salidas y disfruta ahora que ha pasado más tiempo haciéndolo y se siente más cómodo en este entorno.
Henrik: Sí, por supuesto. Son los más divertidos. Nos preparamos básicamente como para cualquier otra salida de caza: algo de beber, quizás un tentempié, linterna, cuchillos, térmica.
Erik: Cuando empiecen a acompañarme en las salidas de caza, tendrán que salir en la oscuridad. Siempre salimos antes del anochecer por las mañanas, y nos quedamos fuera hasta que oscurece por las noches. Y con los dispositivos Pulsar, no hay límites de luz.
Ya salimos a oscuras. Usar linternas en el exterior es muy divertido para los niños. Así que hacemos algunas pequeñas excursiones por la noche en las que juegan con las luces. Por alguna razón, las cosas normales son mucho más divertidas de ver con las linternas.
Nathan: Tengo muchos, pero probablemente mi hija, cuando era más pequeña, utilizando prismáticos para ver un jabalí. Ella me indicó verbalmente, con una vívida descripción que solo una niña de 4 años puede hacer, hacia dónde debía mirar para ver al animal yo mismo. Por supuesto, yo sabía dónde estaba el animal, pero las descripciones de «cerca del árbol grande» y «debajo del árbol muerto» en una extensa ladera cubierta de árboles eran muy bonitas.
En las próximas semanas compartiré en YouTube un vídeo cazando gamos con mi hijo, en el que aparecerán imágenes increíbles. Sin duda, son más recuerdos que ambos no olvidaremos, y es algo especial que tengo guardado en una película.
Henrik: Hay tantos que es muy difícil elegir. Pero no hay nada mejor que cuando los niños descubren primero el animal adecuado, lo cazamos, lo llevamos a casa, lo cuidamos, celebramos la experiencia y finalmente llenamos la nevera con la carne. Es una experiencia compartida muy fuerte que crea vínculos fuertes y respeto y amor por la naturaleza.
Erik: Sin duda, la primera vez que me fui de acampada con mi hijo, que entonces tenía 4 años. Subimos a la montaña por la tarde y pasamos la noche en una tienda de campaña. Comimos fuera, jugamos a las cartas y leímos. Por la mañana temprano, bajamos directamente a la guardería, donde pasó el día. Le encantaba pasar la noche en la tienda y después, pasó muchas noches con un amigo en una tienda justo fuera, en el jardín. Este verano tengo pensado intentar acampar con mi hijo de 3 años en el jardín.
Agnieszka: Cada momento que paso en la naturaleza con mis hijos es especial. Verles disfrutar corriendo por el bosque u observando a los animales es una experiencia preciosa para mí. Respondo a todas sus preguntas porque la curiosidad de los niños por el mundo es única. Quiero que se enamoren del mundo y que tengan ganas de vivir aventuras en el bosque o en el campo. Tener pasión en la vida la enriquece. Por eso, quiero transmitir esta pasión a mis hijos.
Erik Aspen Bakken
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