Featuring:
Nace Mihelic
«En las montañas hay mucho terreno accidentado y condiciones duras y cambiantes, y, en definitiva, condiciones difíciles», afirma Nace Mihelix, un cazador esloveno con el que colaboramos para el vídeo de lanzamiento de nuestro Oryx LRF, el nuevo y muy resistente monocular de imagen térmica. La colaboración surgió de forma natural, como explica el propio Nace: «En esas condiciones, solo prevalece el mejor equipo y el más resistente».
Entonces, ¿qué factor convierte la caza de montaña en algo tan atractivo? ¿Y qué se necesita para grabar un vídeo como este? ¡Vamos a descubrirlo!
Cuando nuestro departamento de I+D presentó por primera vez el Oryx LRF, comprendimos al instante que queríamos utilizarlo en la montaña. Ligero, manejable con una sola mano, resistente a las inclemencias del tiempo y con una batería de larga duración, el nuevo monocular térmico explora a gran distancia y con gran amplitud de campo. Es difícil imaginar un compañero más adecuado para moverse por terrenos en condiciones tan exigentes.
Sin pensarlo dos veces, pensamos en Nace, un cazador con muchos años de experiencia en la montaña y un usuario habitual de los dispositivos Pulsar. Este cazador conoce los lugares, las precauciones que hay que tomar y, por supuesto, al animal que buscábamos: la gamuza.
El enfoque de Nace hacia la caza y la naturaleza era el remate perfecto. El respeto que siente por el medioambiente es inmenso y es muy consciente de que los seres humanos nunca podremos dominarlo por completo. Como él mismo dice: «Por muy cauteloso, vigilante o conocedor que sea un cazador, siempre pueden presentarse imprevistos. La naturaleza es mucho más poderosa que nosotros y hay que tenerlo en cuenta».
Al mismo tiempo, admite que esta imprevisibilidad es lo que convierte la caza de montaña en una actividad tan emocionante. Eso no quiere decir que no haya tenido accidentes: en una ocasión resbaló en una piedra suelta, provocando una caída de 70 metros y tres vértebras rotas. Por suerte, ya se ha recuperado de esto por completo.
Hoy en día, es difícil ver a Nace ir a la montaña sin su fiel bastón, tallado a mano y con más de cien años de antigüedad, que le regaló su padre. Según explica, además del valor sentimental, su bastón le proporciona un tercer punto de apoyo, de modo que, si pierde el equilibrio, sigue teniendo suficiente apoyo para evitar accidentes graves. Cruzar pronunciadas pendientes con un bastón implica tener solo una mano libre, por lo que disponer de un dispositivo como el Oryx LRF le permite estar informado y seguro al mismo tiempo.
La historia de Nace como cazador de montaña es bastante inusual. Primero solicitó la licencia de caza porque quería ser guardabosques en un parque nacional local. Pero entonces, su hermano mayor lo llevó a observar gamuzas y le enseñó cómo comportarse en la montaña, y se enganchó por completo. «Desde la primera salida de caza en la montaña, no puedo imaginar una temporada sin cazar activamente cuando hay mucha nieve y las condiciones son difíciles, porque eso es lo que lo hace más emocionante», comparte Nace.
Cazar en el territorio de Nace exige mucho esfuerzo: se necesita un conocimiento sólido de las montañas y el terreno, un paso seguro y una gran habilidad para la actividad de senderismo. Además, hay que comprender la caza en sí misma: cómo se desplazan los animales, cómo se alimentan y cómo se adaptan a las condiciones de la montaña.
Las gamuzas, en particular, tienden a permanecer en los pastos más altos, donde hay menos perturbaciones, y a principios del invierno suele hacer más calor allí que en los valles. Como señala Nace, las gamuzas tienen una vista excelente, así que hay que localizarlas desde la mayor distancia posible, lo que hace que la visión térmica resulte esencial. Además, «los dispositivos térmicos también permiten detectar animales que no son directamente visibles en la línea de visión, pero que se esconden entre la vegetación clara. El calor es de gran ayuda allí, porque con las gamuzas, que suelen ir en manadas, si asusta a un animal, toda la manada desaparece rápidamente».
Cazar gamuzas implica caminar mucho, de una cresta a otra, hasta encontrar el grupo adecuado en la posición adecuada. Y cuando se encuentra, no hay mucho tiempo para decidir si se dispara o no. No hay cobertura en la cima, así que hay que actuar con rapidez. «Debido a las condiciones de terreno abierto, el disparo sería de entre 250 y 350 metros, en algunos casos incluso 500, si fuera necesario y si hay algún animal al que disparar. El telémetro láser del dispositivo nos ayuda a obtener la balística adecuada de inmediato», explica Nace.
Antes de comprar cualquier dispositivo de visión nocturna o térmica, asegúrese de respetar la legislación local y de utilizarlo solo cuando esté permitido. Nuestros embajadores proceden de varios países y viajan mucho, lo que les permite probar diferentes dispositivos. No fomentamos ni apoyamos el uso ilegal de nuestros dispositivos en ningún evento. Si desea obtener más información sobre la política de restricción de exportaciones y ventas, visite el siguiente enlace: Política de restricciones de exportación y venta.