La seguridad y la ética son temas fundamentales para cualquier cazador. Como fabricante de dispositivos utilizados principalmente para la caza, a nosotros también nos parecen esenciales. Pero como ocurre con cualquier otro asunto, las opiniones pueden diferir entre sí. Por eso, hoy intentamos averiguar qué significan la seguridad y la ética para cazadores de toda Europa: Martin Brožek, de la República Checa, Claudia Breit, de Alemania, y Espen Emil Søreng, de Noruega.
Al hablar de caza ética, hemos observado que los cazadores hacen hincapié en aspectos diferentes. Pero el hilo conductor es el impacto mínimo que la caza tiene en el medioambiente.
«La caza ética es un compromiso que incluye varios aspectos que va más allá de la emoción de obtener una pieza, y significa algo mucho más importante que matar un animal. En el fondo, implica un profundo respeto por la interconexión de los ecosistemas y la gestión responsable de la fauna salvaje. El cumplimiento de las leyes y normativas es fundamental para garantizar que las actividades cinegéticas contribuyan a los esfuerzos de conservación y mantengan el delicado equilibrio de las especies que forman parte de un ecosistema.
Además, la caza ética exige un profundo aprecio por la vida del animal que se quiere cazar, poniendo un especial énfasis en que la muerte del animal sea rápida y humanitaria para minimizar su sufrimiento. Se trata de ser consciente del impacto ambiental, dejando un rastro mínimo y de fomentar un sentimiento de gratitud por los recursos que nos proporciona la naturaleza», afirma Claudia Breit, cazadora alemana y psicóloga especializa en caza.
Su homólogo de la República Checa, Martin Brožek, añade un paso más a la ecuación: no solo respetar el medioambiente actual, sino contribuir activamente a mejorarlo.
«La caza ética no consiste solo en seguir las normas, sino que se trata de mantener un equilibrio en la naturaleza. Esto incluye el hecho de garantizar un equilibrio saludable en la población entre machos y hembras. Una caza excesiva de alguno de ellos puede alterar las pautas naturales de reproducción y la salud general de la especie.
También se trata de contribuir al ecosistema en su conjunto. Esto significa proteger los hábitats y apoyar iniciativas que mejoren el entorno de toda la fauna salvaje y no solo de las especies que cazamos. Al mejorar el bienestar general de los animales y sus hábitats, garantizamos unas prácticas de caza sostenibles.
Los dispositivos de imagen térmica, como los de Pulsar, contribuyen a ello. Nos permiten identificar y seleccionar el animal adecuado, respetando el equilibrio entre sexos y asegurándonos de que la pieza elegida es la correcta para mantener el equilibrio ecológico», explica el cazador checo.
Para resumir todos estos aspectos, hemos recurrido a Espen Emil Søreng, un cazador noruego, que nos ofreció una descripción muy concisa de la caza ética: «Implica respetar la vida salvaje, seguir las leyes y normativas y garantizar una cosecha humanitaria con el mínimo impacto en el medioambiente».
Para lograr la seguridad en cualquier situación, Martin insiste en la importancia de planificar adecuadamente los disparos. Y eso incluye muchas cosas: «Comprobar el entorno antes de disparar, ser consciente de los posibles rebotes y asegurarse de que tenemos un tope adecuado. Un cazador siempre debe ser consciente de su entorno, teniendo en cuenta factores como la dirección del viento, el terreno y la presencia de otros animales o personas. Es esencial prever hacia dónde podría dirigirse una bala tras un disparo. Los dispositivos de visión térmica desempeñan un papel vital en la seguridad, especialmente en entornos abigarrados o complejos. Permiten observar la presencia de personas en las cercanías, o de detectar otros animales de caza que están ocultos entre los arbustos y a los que se podría dañar accidentalmente. Esta tecnología ayuda a tomar decisiones informadas, garantizando que cada disparo sea seguro y responsable».
Claudia señala que la seguridad debe ser una «mentalidad que impregne todos los aspectos de la experiencia», y es un «compromiso que no es solo una responsabilidad personal, sino un esfuerzo colectivo para fomentar un entorno de caza seguro». Pero esto tiene algunas reglas de oro que añadir a la lista de Martin: «Ante todo, debemos tratar cada arma de fuego como si estuviera cargada y esto es una regla de oro. Es imprescindible conocer a fondo el arma de fuego y otros equipos que vamos a usar, como visores y dispositivos térmicos, además de tener disciplina con el uso del gatillo. Identificar el objetivo y lo que hay más allá antes de disparar evita consecuencias imprevistas. Esto hace que el uso de dispositivos térmicos sea realmente importante durante la noche».
Para Espen, la comunicación es vital, y con ello nos lleva a nuestra pregunta final: ¿qué errores cometen con más frecuencia los jóvenes cazadores?
«Las normas de seguridad básicas incluyen el manejo adecuado de las armas de fuego, llevar ropa de alta visibilidad cuando se caza con otras personas y mantener una comunicación transparente y clara con los demás cazadores para evitar accidentes.
La falta de comunicación adecuada puede provocar malentendidos y situaciones potencialmente peligrosas, lo que aumenta la importancia de una interacción clara y coherente para garantizar la seguridad de todos», afirma la cazadora noruega.
Claudia observa dos tipos principales de errores. Uno es más técnico y está relacionado con el manejo de las armas de fuego; el otro tiene que ver con la extralimitación. «El manejo negligente de las armas de fuego, especialmente el hecho de no mantener la boca del cañón apuntando en una dirección segura, sigue siendo una tendencia preocupante. La falta de ética se manifiesta a menudo en los cazadores que disparan más allá de su nivel de destreza o que sobrepasan los límites éticos con el fin de obtener éxito en la caza. Lograr un equilibrio entre la emoción del cazador y el compromiso con unas prácticas de caza responsables, éticas y seguras es un aspecto fundamental para la sostenibilidad a largo plazo de esta tradición milenaria», señala la cazadora.
Mientras tanto, Martin distingue nuestras habilidades mentales: «Un error común entre los cazadores es la falta de planificación y de paciencia durante la toma de decisiones. La caza puede ser tensa, y es fácil ponerse nervioso o estresarse, lo que puede llevar a tomar decisiones precipitadas e inseguras. Los cazadores deben controlar sus emociones y abordar cada situación con mucha calma. La seguridad es siempre la prioridad. La selección adecuada de la pieza de caza es vital: hay que asegurarse de que se trata del individuo adecuado para cazar en función de su edad, sexo y estado de salud. No se trata solo de encontrar un objetivo, sino de asegurarse de que el animal elegido es la mejor opción para la sostenibilidad de la especie y el medioambiente. Los dispositivos de visión térmica pueden ayudar en este proceso, ayudando a identificar y seleccionar la pieza de caza adecuada, pero no pueden sustituir a la planificación cuidadosa y la toma de decisiones.»
La seguridad y la ética parecen aspectos demasiado profundos para resumirlos en unas pocas frases, pero cuanto más hablamos con los cazadores sobre ellos, más claras se observan ciertas tendencias. Entre ellas, que nunca deben saltarse las normas, que hay que ser siempre consciente y disparar solo cuando se está absolutamente seguro al 100 % de que se trata de lo correcto.
Martin Brožek
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