Riccardo Tamburini es un cazador de Italia que pasa bastante tiempo en los Alpes. Andreas Frengstad creció en las montañas noruegas y, a estas alturas, ya no se imagina a sí mismo cazando en las llanuras. Nos hemos sentado con ellos hace unos días para hablar de la magia de la caza de montaña y ver las diferencias en distintos lugares de Europa.
El encanto de las montañas
Cuando conozco a nuevos cazadores, siempre siento curiosidad por saber qué escenario de caza prefieren: la montaña o la llanura. Andreas Frengstad, que ha pasado toda su vida en las montañas noruegas y sus alrededores, no necesita ni un segundo para pensárselo: “¡Definitivamente las montañas! Crecí en ellas y nunca he cazado en la llanura”.
Para Riccardo Tamburini, las cosas no son tan sencillas. “Me encantan los dos entornos porque me gusta cazar y disfruto viviendo cerca de la naturaleza. Son dos formas distintas de vivir la misma pasión, aunque existen grandes diferencias entre sí”, afirma el cazador italiano.
Cuando le pedí que me lo explicara con mayor detalle, me dio muchos ejemplos: “Cazar en la montaña te ofrece la posibilidad de admirar panoramas maravillosos y espacios abiertos. Pero la montaña resulta mucho más mortal que la llanura. El tiempo puede cambiar en unos minutos, todas las situaciones que se te presentan en la montaña son más duras y, a menudo, te encuentras a una distancia de horas de alguna carretera o de los pueblos.”
Riccardo Tamburini
La diferencia entre el sur y el norte
Aunque todas las montañas son distintas, los entornos en los que nuestros cazadores pasan sus días parecen diferir bastante entre sí. Andreas caza sobre todo en las zonas de Forollhogna y Knutshø: “La palabra clave es llano y es fácil caminar largas distancias. Tienes grandes zonas abiertas tipo llanura en las cimas, a diferencia de muchos otros lugares donde el relieve sube y baja constantemente”.
Riccardo, por su parte, visita a menudo los Alpes. Aunque también tiene la opción de cazar en los Apeninos, prefiere los Alpes por su altura y su entorno único. “Allí encuentras las especies más exclusivas. Si quieres ir a cazar a los Alpes italianos, necesitas tener una licencia de caza especial, además de la clásica.
Pero, aunque hay aves magníficas que puedes cazar, como el urogallo negro o el urogallo blanco (el urogallo está estrictamente protegido en Italia), para mí cazar en la montaña significa cazar el rebeco, que es el rey de las alturas”, comparte el cazador.
Photos by Riccardo Tamburini
Y en el caso de Andreas, el animal que persigue es el reno de montaña: “Es la especie que más me gusta cazar. Más abajo, en la parte baja de las montañas y nos adentramos en la frontera entre las montañas y el bosque, es donde empieza el terreno para los ciervos rojos. También los cazamos en las montañas. Solo que no en las montañas con terrenos abiertos en las que estamos acostumbrados a pensar”.
Pero las diferencias entre los Alpes y las montañas noruegas no se limitan a la flora y la fauna. La cubierta vegetal es otra diferencia importante. “No tienes la posibilidad de aprovechar una cobertura (árboles o plantas) para acercarte a los animales. Para mí, la mayor diferencia es la distancia de tiro: cazar en las montañas italianas significa que también hay que ser un experto tirador de largo alcance, porque la posibilidad de disparar a animales desde 400 a 500 metros es real, y a menudo un gran ángulo puede significar una posición incómoda”, explica Riccardo.
Dicho esto, si acabas en el norte de Europa, te resultará más fácil pasar desapercibido: “En las montañas, siempre encontrarás pequeñas diferencias de altura y rocas tras las que puedes esconderte, mientras que en las llanuras puede haber algo de hierba y canales de agua de vez en cuando”, dice Andreas.
Photo by Andreas Frengstad
La prolongada preparación
Si tienes la suerte de haber crecido en la montaña, como Andreas, cazar allí no será diferente de cualquier otra excursión que hayas hecho: “Siempre he pasado mucho tiempo en la montaña, así que cazar no se diferencia demasiado”.
Sin embargo, a menos que practiques el senderismo con regularidad, tendrás que trabajar en la preparación física. “Tu forma física tiene que ser perfecta, y hay que dedicar mucho tiempo a entrenar. Yo corro 10 km unas 3 veces por semana y también me entreno. Las pendientes pueden ser más altas que los caminos normales que se recorren durante la jornada de caza en el monte y, a menudo, tienes que caminar durante horas antes de llegar a las zonas de caza”, dice Riccardo.
Para Andreas, este año también supondrá un entrenamiento extra: “Me he dado cuenta de que tendré que entrenarme para llevar una mochila pesada. Cuando cargas un peso, llevas entre 55 y 65 kg a la espalda. No es algo a lo que estés acostumbrado. Por lo tanto, dedicaré más tiempo a entrenarme para llevar cargas pesadas durante todo el año, asegurándome de no romperme o lesionarme las rodillas o las piernas durante la temporada de caza”.
Elegir el equipo adecuado
El equipo es importante para cualquier cazador, pero si vas a subir arriba, tendrás que asegurarte de que tienes el equipo más fiable. De hecho, “todo el material tiene que ser de la mejor calidad posible”, aconseja Riccardo.
En cuanto a detalles más concretos, aparte de que el equipo sea lo más ligero posible, el cazador italiano lleva un binocular estándar de 8×32 con telémetro, un visor de detección de objetivos con un trípode ligero, algo de comida (prefiere las barritas energéticas), agua (mejor en una bolsa de camello para mochila), una camiseta de repuesto, un cuchillo, un chubasquero ligero, una bolsa para depositar el canal del animal, el rifle con munición, un bastón para caminar con seguridad, un anemómetro y un kit de emergencia.
Andreas también recomienda asegurarse de que la ropa y el calzado son adecuados para el entorno, al igual que el resto del equipo: “Las primeras veces, puedes salirte con la tuya ahorrando algo de dinero y usando lo que tienes. Pero no todas las salidas de caza te permitirán emplear cualquier cosa”.
También le encanta llevar “un buen visor de detección de objetivos”. “El Axion 2 XG35, con su pequeño diseño y enorme alcance, es muy eficaz para la caza de montaña. Cualquier otra cosa suele a ser tan grande que prefieres dejarla antes que meterla en la mochila”.
Andreas Frengstad
Si estás en Italia, las costumbres locales, especialmente en lo que se refiere al equipo, pueden llegar a ser muy específicas. “Cazar rebecos en la montaña es un estilo muy tradicional. A los puristas ni siquiera les gusta la ropa de camuflaje y suelen evitar el uso de las últimas tecnologías para mejorar y simplificar su caza. Me mantengo en un término medio porque comprendo perfectamente su punto de vista y no quiero ser injusto, abusando demasiado de los dispositivos térmicos.
Mi fiel compañero es el Axion 2 XG35, el mejor compromiso entre rendimiento, tamaño compacto y peso reducido. El dispositivo térmico me ofrece la posibilidad de detectar rápidamente al animal. Entonces, si los rebecos están muy lejos de mí, con mi binocular estándar o el visor de detección de objetivos, puedo valorar si hay un animal adecuado en la manda al que puedo disparar”.
Photo by Riccardo Tamburini
La seguridad ante todo
Ahora bien, si ya estás planeando una salida de caza de montaña, debes tomar algunas precauciones de seguridad. “Hay que conocer todos los riesgos a los que te puedes enfrentar en la montaña para prevenirlos o para gestionar un problema de la mejor manera posible.
Siempre sugiero que se exploren las futuras zonas de caza antes de comenzar la caza del animal en sí, porque es la mejor manera de entender cómo vive en su entorno. También hay que tener conocimientos de primeros auxilios, y es imprescindible estudiar a fondo la previsión meteorológica, cotejando los resultados de diversas fuentes”, comparte Riccardo.
Andreas aconseja llevar ropa impermeable, aunque la previsión diga que va a estar despejado: “El tiempo puede ser realmente impredecible. Lo último que quieres es mojarte tú y que se moje todo el equipo”. En cuanto a la seguridad, el noruego también recuerda a los cazadores que deben “decirle a alguien adónde se dirigen y cuándo piensan volver”.
El mayor error que ambos cazadores mencionan es subestimar el poder de la naturaleza. “Se llevará tu vida en una fracción de segundo si das un paso en falso”, advierte Andreas.
Para algunos consejos más prácticos, añade “un GPS y algún tipo de canal de comunicación. Y nunca dejes tu mochila para completar la última parte del recorrido sin ella. De repente, puedes perder la pista del lugar donde la dejaste. Me ha pasado esto personalmente y no es divertido”.
Teniendo en cuenta todos los riesgos y amenazas, merece la pena recordar que, después de todo, cazar en la montaña es una experiencia realmente extraordinaria. Solo hay que seguir el consejo de Andreas: “Disfruta de la experiencia. No tengas prisa por cortar el precinto. No estás allí para eso”.
Siempre sugiero que se exploren las futuras zonas de caza antes de comenzar la caza del animal en sí, porque es la mejor manera de entender cómo vive en su entorno. También hay que tener conocimientos de primeros auxilios, y es imprescindible estudiar a fondo la previsión meteorológica.
Riccardo Tamburini
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