Linas Guobys
Hay casos en los que lo fundamental de la caza no es la propia captura del animal. Se trata, más bien, de una escapada al bosque, tanto física como mental. Linas Guobys se enamoró de la caza gracias a su padre, que también era cazador. Los dos solían pasar juntos mucho tiempo en el bosque, perdidos en sus pensamientos, observando la naturaleza que les rodeaba y esperando pacientemente a su presa. Para ellos, volver a casa con las manos vacías jamás suponía una derrota. Todo lo contrario porque, para Linas, jefe de producción de Yukon Advanced Optics Worldwide / PULSAR, la caza es algo que va más allá de capturar una presa. Para él, lo fundamental es la observación, tanto del mundo del que todos los seres formamos parte, como de nuestro ser interior.
Provengo de una familia de cazadores. Mi padre cazaba y fue él quien me introdujo en la afición a la caza. Él me llevó a una excursión de caza por primera vez cuando yo tenía 14 o 15 años. Y aquella experiencia me fascinó por completo. Así que, a los 18 años, conseguí mi primera arma y empecé a cazar por mi cuenta.
Linas Guobys
¿Qué es lo que le pareció tan especial de la caza para despertar su interés?
Para mí, se trata de una reunión de personas afines, o puede ser una aventura en solitario. Disfruto de la caza en solitario en la época estival, pero también me gusta salir a cazar al bosque con un grupo de personas en invierno. Me produce una gran alegría observar a los animales salvajes en su hábitat natural y es algo que de ningún modo se puede hacer en una ciudad. Puede ser un zorro cruzando una senda, un corzo mirando tímidamente a su alrededor, un alce saliendo del bosque… son muchos momentos que se convierten en experiencias inolvidables. Y después, por supuesto, llega el momento de los primeros disparos con la adrenalina explotando en cada centímetro de tus venas.
¿Recuerda su primera cacería?
No, no me viene a la cabeza ningún recuerdo especial. Lo que recuerdo siempre es la adrenalina que te invade produciendo ese temblor de las manos y el aumento del ritmo cardíaco. La adrenalina es adictiva y esa es la razón por la que todos caemos en todo tipo de aficiones. Es una sensación muy potente que invade tu interior.
¿Es verdad que a veces se va a cazar sin intención de cazar una presa?
Sí, creo que eso llega con la edad. Si le preguntas a un joven de 18 años, te dirá que la caza consiste únicamente en la captura de un animal: perseguir a un animal y disparar un tiro. Para mí, la caza es un ritual más complejo, una especie de experiencia de meditación: salir de la ciudad, encontrarte en un lugar tranquilo en el bosque, sentarte y esperar. Disparar no es importante para mí. A veces, ni siquiera me importa si aparece alguna presa. Pero necesito este tiempo para estar solo en la naturaleza, contemplando y refrescando mi mente. El bosque es el único lugar donde consigo no pensar en nada. Me siento allí aquietando mi mente, parpadeando y únicamente mirando lo que tengo frente a mí. Nunca experimento esta tranquilidad en casa. No importa lo que esté haciendo allí, siempre vienen a mi mente pensamientos del trabajo y otras preocupaciones.
¿Qué se lleva a un viaje de caza?
Cuantas menos cosas se lleve uno, mejor. He visto un programa de televisión en el que un joven cazador mostraba su mochila llena de un montón de dispositivos, como si estuviera en un viaje de supervivencia. Para mí, en realidad, hay solo algunas cosas importantes: ropa cómoda, un par de calcetines extra por si se mojan, repelente de insectos y agua para mantenerte hidratado. Y, por supuesto, tu equipo de caza: un arma, munición y un dispositivo de visión nocturna o una cámara térmica para poder disfrutar más de la experiencia de cazar. Me gusta llevar mis prismáticos de imagen térmica Pulsar para poder observar a mi alrededor cuando oscurece o hay niebla en el bosque, ¡es un gran placer! Mi padre tenía unos prismáticos de visión nocturna; recuerdo cómo disfrutaba yo observando la naturaleza a través de su lente cuando era niño. Siempre tenía esa visión, que en cierto modo es mágica, de un corzo saliendo del bosque por la noche. Antes de que el dispositivo térmico de mi padre me demostrara que el corzo, en realidad descansaba en el prado durante todo el día y es algo que no se percibe a simple vista.
No solo es usted cazador, sino que también dirige un equipo de innovadores desarrolladores de equipos de óptica para la caza. ¿Cuál es su dispositivo favorito?
Los prismáticos de imagen térmica Accolade 2 LRF Pro de Pulsar son, sin duda, mi juguete favorito. Tienen un telémetro láser incorporado que es estupendo para medir distancias con gran precisión. También he probado un monocular Helion 2 XQ que se distingue por su sensor de imagen térmica de alta sensibilidad que garantiza un reconocimiento perfecto de los detalles, incluso en las condiciones meteorológicas más oscuras. Pero tengo que admitir que me gustan más los prismáticos Pulsar. Me resulta más cómodo mirar a través de las lentes con ambos ojos.
¿Cuál es su momento favorito del día en el bosque?
Cuando está oscureciendo alrededor de la puesta de sol. En verano, me gusta mucho estar en el bosque a última hora de la noche, cuando toda la naturaleza se calma a tu alrededor. Todavía se puede oír el canto de los pájaros, pero ningún otro sonido interfiere en el silencio de la naturaleza. Es el silencio perfecto. Para mí es sencillamente perfecto. Me tranquiliza. Soy una persona que duerme mucho y no me gusta salir de caza por la mañana temprano. Necesito dormir bien para estar fresco. Y, obviamente, no me gusta nada cuando el canto de los pájaros se mezcla con el ruido del motor de los tractores…
¿Con qué frecuencia sale de caza?
No definiría mi estilo de vida como el de un cazador. Para mí es una afición. Voy a cazar una vez cada dos semanas, a veces más a menudo, depende. No he podido ir a cazar desde hace dos semanas o más porque este verano está siendo muy caluroso, así que incluso los animales se han escondido en lo más profundo del bosque para huir del calor.
Linas Guobys
De hecho, los mejores pensamientos e ideas vienen a mi mente mientras estoy cazando. Cuando estoy fuera, lejos de la rutina diaria, mi mente se despeja y empiezan a llegarme ideas extraordinarias.
Para mí, es una forma de calmar las tormentas interiores. Puedo lograr vaciarme de pensamientos y problemas. Nunca miro el teléfono móvil mientras estoy en el bosque. Es una regla estricta que sigo siempre. Quiero romper conscientemente con mi vida cotidiana, para despejar mi mente.
¿Parece que disfruta mucho más de la caza en solitario que en compañía?
Depende de la temporada y de mi estado de ánimo. Suelo ir a cazar solo los fines de semana. Después de una larga semana de trabajo y de muchas reuniones, lo único que quiero es estar solo, en silencio. De hecho, los mejores pensamientos e ideas vienen a mi mente mientras estoy cazando. Cuando estoy fuera, lejos de la rutina diaria, mi mente se despeja y empiezan a llegarme ideas extraordinarias. Estoy convencido de que en el lugar de trabajo nunca se pueden tener ideas nuevas y brillantes. Porque allí hay que concentrarse en las cosas rutinarias, en la resolución de los problemas cotidianos. Para ser realmente productivo, y sobre todo creativo, la única forma de lograrlo es alejarse del lugar de trabajo.
Me pregunto cómo se lleva con los escépticos de la caza.
Ya no hablo con ellos. Estoy cansado de darles explicaciones y de contarles cosas que no les interesan. Sé que al final terminará siendo una conversación donde el otro no escucha. ¿Para qué intentarlo siquiera?
Pero si nadie se molesta en explicar la motivación que mueve a la caza, acabaremos en un callejón sin salida, ¿no?
Ahí es exactamente donde estamos. Y no veo la manera de cambiar esto. En mi familia todo el mundo conoce mis motivos. Mi familia entiende por qué lo hago. Por desgracia, no a todos mis les gusta esto. Antes intentaba explicar mi filosofía de vida, pero al final me rendí. La conversación suele ser algo así como:
«La caza es cara, ¡compra toda la carne que quieras en un supermercado!»
«Pero yo no voy a cazar por la carne»
«Entonces, ¿por qué vas?»
«Voy a descansar al bosque»
«¿Por qué no descansas en un sofá?».
Aquí es exactamente donde la conversación llega a un punto muerto. Por eso ya no me interesa seguir dando explicaciones.
El retrato de un cazador en mi tierra natal, Lituania, se ha distorsionado por completo. Mucha gente tiene la idea de un hombre borracho y enfadado con la vida y que va por ahí con una chaqueta de camuflaje. Un tipo que dispara a todo lo que se mueve sin ningún remordimiento. Así es como se retrata la caza. Según ellos, no tiene nada que ver con las antiguas tradiciones que se remontan al siglo XVIII y XIX y que fueron cruelmente arrasadas por los soviéticos. Observo las tradiciones francesas y alemanas con envidia porque nosotros también podríamos tener eso mismo si hubiera más comprensión y defensa de la caza, en lugar de ira y críticas infundadas.
No se habla mucho de que los cazadores cuidan de los animales, por ejemplo, alimentándolos durante las duras condiciones climáticas del invierno.
Probablemente se habla poco de esto por la interpretación que se hace en público, como si los cazadores alimentaran a los animales solo para amansarlos y después matarlos cruelmente. Cuando, en realidad, esto no tiene nada que ver con la realidad.
Para ser franco, no creo que haya que cuidar a los animales salvajes en absoluto. Durante el verano, pueden cuidar de sí mismos perfectamente porque hay mucha comida alrededor. En invierno es un poco más complicado, sobre todo cuando el bosque está cubierto de nieve profunda, pero aun así, los animales saben cavar en la nieve en busca de comida. Si intervenimos, con el tiempo los animales pierden su instinto natural de supervivencia, un corzo puede acabar enfermando gravemente, o incluso muriendo mientras duerme en la fría nieve en lugar de cavar un hueco acogedor. Los animales son mucho más listos de lo que creemos. ¿Sabía que el jabalí es perfectamente capaz de tejer un nido de juncos? Además, si se hieren, buscan plantas y raíces silvestres que impidan la propagación de la infección y curen la herida. Así pues, la fauna salvaje no necesita nuestra ayuda para sobrevivir. Por el contrario, si privamos a los animales de sus capacidades naturales, se iniciará un proceso de degradación. Por lo tanto, creo que debemos confiar en la naturaleza y dejar que se ocupe de sus asuntos por sí misma.
Linas Guobys
Los seres humanos nunca estuvimos separados de la naturaleza. Sin embargo, nuestro papel en el ecosistema no siempre se lleva a cabo por medios inteligentes. Desgraciadamente, no hay más remedio que arreglar algunas de las consecuencias de nuestras acciones. Por ejemplo, cuando la gente empezó a alimentar a los animales con ciertos medicamentos para evitar la propagación de la rabia, provocaron un crecimiento significativo de las poblaciones de animales salvajes. Al igual que cuando los lobos estuvieron a punto de extinguirse en mi Lituania natal, la consecuencia natural fue un aumento significativo de la población de ungulados. Esto condujo al debilitamiento de ciertas especies. Ahí es donde el papel de un cazador se vuelve vital: separar los animales débiles de los fuertes.
¿Cómo es posible separar los animales fuertes de los débiles?
Solo hay que seguir las señales y emplear un poco de conocimiento. Pongamos un ciervo como ejemplo. Solo los animales fuertes y sanos tienen los cuernos bien estructurados. Una cornamenta pequeña y de forma irregular indica debilidad en el organismo del animal, pero un ciervo con cuernos deformados puede herir fácilmente a su fuerte rival durante una pelea. Al final, el animal fuerte morirá, mientras que el débil sobrevivirá para continuar la línea débil a través de su descendencia.
Me gusta observar a los mismos animales durante meses e incluso años a veces. Al ver un ciervo débil me doy cuenta de que al año siguiente habrá otro animal débil caminando a su lado. Y eso es exactamente lo que ocurre…
¿Cómo se las arregla para seguir la pista a determinados animales y su historia año tras año? ¿Cómo sabe siquiera que se trata del mismo animal?
Los ungulados llevan un estilo de vida bastante estable. Los alces emigran, mientras que los ciervos suelen vivir en un territorio bastante reducido, por lo que no es tan difícil encontrarlos en una nueva visita al bosque, justo en el mismo lugar en el que uno los ha visto descansar la última vez.
¿Qué animales le gusta observar más? ¿Me equivoco si digo que los más grandes?
La verdad es que no. A veces observo a un zorro que salta por el valle nevado y es muy divertido ver cómo se escabulle siguiendo a un pequeño ratón. El zorro se mantiene al acecho con las orejas pegadas a la cabeza y, de repente, se mete en la nieve y vuelve con una sabrosa presa. Para mí, eso es mucho más cautivador que la visión estática de un alce saliendo del bosque.
Me pregunto, si vuelve del bosque con una presa, ¿cocina algún plato delicioso esa misma noche o guarda la carne para más adelante?
No suelo cocinar el mismo día. La mayoría de las veces, simplemente congelo la carne o se la regalo a amigos y familiares. Pero me encanta cocinar para mi familia y probar nuevas recetas. Llevo cocinando los mismos platos de carne desde mi infancia.
Aun así, como ya he dicho, la captura de la presa nunca ha sido la razón principal por la que yo salgo a cazar. Nunca seré yo quien intente convencer a los demás de si es bueno o malo ser cazador y, desde luego, no decoro mi casa con pieles y cornamentas… Simplemente no veo ningún encanto en algo así.
Entonces, el simple hecho de estar allí, en medio del bosque, es suficiente para usted, ¿no?
Exactamente. Para mí, la caza es algo más. Algunos van a cazar para reunirse con amigos, para socializar, para establecer nuevas relaciones sociales. Algunos comienzan el viaje de la caza comprando el equipo y la munición más caros. ¿Realmente tener un rifle caro significa que se es mejor cazador? Sinceramente, lo dudo. Una vez me invitaron a un supuesto club de cazadores selectos. En pocos minutos, supe que no pertenecía a ese lugar y me marché.
Para mí, la caza tiene que ver con las cosas sencillas, el tiempo que uno pasa con uno mismo, un espacio para dejar atrás las preocupaciones. Y definitivamente, no es para todo el mundo. Una vez llevé a un amigo a una cacería. Recuerdo que estuvimos sentados en silencio esperando durante horas. Cuando por fin se agotó su paciencia, susurró: «Entonces… ¿cuándo saldrá el animal del bosque?». Esa noche no había ningún animal a la vista, así que le dije: «Es hora de volver a casa». «¡¿Ya se ha acabado?!» Debo admitir que mi amigo estaba bastante sorprendido. Creo que esperaba algo parecido a la escena de una película de acción con muchos animales corriendo en medio de atronadores disparos. Evidentemente, esa fue su primera y última experiencia de caza.
También tengo otro amigo que estaba ansioso por participar en una cacería con guía. Después de varias horas de conducción, se cansó mucho y decidió que no era para él. Estoy seguro de que tenía una imagen en su cabeza de hombres montando a caballo y tocando la trompeta, como en las viejas fotos francesas o británicas. En realidad, hay que estar preparado, tener paciencia y, sobre todo, disfrutar de verdad del proceso.
¿Y sus hijos, están interesados en su afición?
Mi hijo tiene ahora cinco años, es demasiado pequeño para ir de caza conmigo. Pero mi hija, que tiene 13 años, ya me pide que la lleve algún día. Vivimos en un lugar tranquilo rodeado de lagos y bosques y a todos nos encanta pasar tiempo en la naturaleza. A veces me llevo mi cámara termográfica y vamos al bosque a observar los corzos o los zorros. Es muy divertido, tanto para los niños, como para mí. Obviamente, no llevaría encima un arma cuando salgo a cazar con niños. No creo que sus primeras experiencias de caza deban ser sobre la muerte de un animal. Porque la muerte es un hecho muy delicado y nunca se produce en un instante. Pasar tiempo en la naturaleza es muy importante para todos nosotros y espero que no pierdan esa afición cuando crezcan. No sé si alguno de mis hijos se dedicará a la caza algún día. Pero si me lo piden, sin duda les explicaré mi filosofía sobre la caza. Igual que mi padre me la explicó a mí en su día. Cuando recuerdo aquellos tiempos, creo que ambos veíamos la caza como una escapada a un tranquilo bosque en nuestro interior.
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Linas Guobys
Vivimos en un lugar tranquilo rodeado de lagos y bosques y a todos nos encanta pasar tiempo en la naturaleza. A veces me llevo mi cámara termográfica y vamos al bosque a observar los corzos o los zorros. Es muy divertido, tanto para los niños, como para mí.
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